Las prisas nunca son buenas.
Un trabajo de calidad lleva su tiempo. Por eso, la elaboración de Heineken dura el doble de tiempo que la de la cerveza normal: 28 días, para ser exactos.
Alcanzar su equilibrada riqueza de sabor, claridad refrescante y agradable color amarillo dorado requiere paciencia.
El tiempo es dinero. Por eso, nuestros 28 días son una inversión.
No ponemos nunca la calidad en peligro. Que lo disfrutes.